Revelaciones
Siendo en combate, después de varias acciones, fui herido, perdí el conocimiento. Pude ver detalles que solo los que caen en combate pueden ver. Dentro de mi viaje uno de los temas importantes que me fueron manifestados en plática con personajes que se encuentran fuera de esta tierra, en algún lugar, fue lo referente a la religión Cristiana y/o Católica Apostólica y Romana.
Hubo mucha enseñanza (para mi) pero en lo que corresponde a esta columna, solo señalaré lo manifestado por un personaje que no se en que estado se encuentra pero si se que pide perdón por haber traicionado al pueblo de México y haberlo entregado al imperio del mal, me dijo textualmente:
Para que sepan todos, lo que padeció Nuestro Redemptor Jesús en toda su Sagrada Pasión, fue lo siguiente:
Fueron siete las caídas que dio Nuestro Piadoso Redemptor, desde el Huerto de Gethsemani, hasta la Casa de Anás.
Los puntapiés, que le dieron en el discurso de su Pasión, fueron ciento y cuarenta y cuatro.
Los puñadas (puñetazos) que en su Sagrado Cuerpo le dieron fueron ciento y cincuenta.
Las bofetadas, ciento y dos.
Los golpes que en el pecho le dieron, fueron veinte y ocho, en lo restante de su
Santísimo Cuerpo ciento y setenta y cuatro.
De la soga que llevaba al cuello tiraron setenta y ocho veces.
Trescientos y cincuenta veces tiraron de los Cabellos de su Santísima Cabeza.
Setenta veces tiraron de su Venerable Barba.
Los azotes que le dieron, fueron cinco mil ciento y quince.
Llegó tres veces al tránsito de la muerte, estándole azotando.
La Corona de espinas atravesó su Sagrada Cabeza, con mil punzadas.
Arrastráronle por el suelo veinte y siete veces.
Tres veces cayó en tierra con la Santa Cruz.
Fue su Corazón cubierto con setenta y dos angustias
Escupieron su Santísimo Rostro, setenta y tres veces
Al clavarle las Manos en la Santa Cruz, dieron veinte y ocho golpes y treinta y seis al clavarle los pies.
Dio en toda su pasión Santísima, ciento y nueve suspiros.
Tuvo en su Santísimo Cuerpo, cinco mil cuatrocientas setenta y cinco heridas, entre grandes y pequeñas; sin las mil de la Cabeza.
Las gotas de sangre que derramó, fueron doscientas y treinta mil.
Las Lágrimas que por nuestros pecados vertió fueron seiscientas y dos mil y doscientas.
Además se me comentó de las torturas secretas y sufrimientos de Nuestro Señor JesúsCristo, las cuales narraré en otro espacio, pero que ya fueron manifestadas por Sor María Magdalena, de acuerdo a lo que me enteré (no por duda, sino vino a coincidencia) tiempo después en mi Patria
En lo que respecta a lo señalado en esta columna, punto o misterio es lo que ya solo recuerdo; si había mas cosas ya no las recuerdo.
¡Gracias Dios Mío por haberme enterado de lo anterior!
Procuré conservar las palabras tal cual, no son faltas de ortografía, recuérdese que antiguamente se hablaba otro tipo de Español y a veces mezclado con el Latín, por ser un idioma de gente culta. Su pronunciación inclusive era un poco diferente.
Queda lo anterior escrito para el que lo lea, es lógico que es su libre albedrío el creerlo o no.
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