domingo, 15 de julio de 2012

El tesoro del Volcan


En Guatemala existe un volcán al que se le atribuye la leyenda, situada en el Siglo XVI, durante la conquista y que a continuación narro.

Se dice que próximo a un volcán existía un poblado que consideraba al mismo casi como su guía, ya que cuando lo cubrían las nubes, consideraban que su deidad estaba enojado y cuando estaba despejado el mismo, entonces estaba contento.

En una ocasión cuando las nubes cubrieron al volcán, el pueblo estaba temeroso de ir a la guerra, se hicieron danzas y ceremonias en su honor para aplacar a su deidad, pero todo era en vano, las nubes continuaban cubriéndolo.

En una noche fueron sacrificadas tres doncellas, haciéndose una peregrinación para depositar los corazones en el cráter, llevando consigo a siete doncellas mas para sacrificarlas al borde del mismo cráter.

Durante la ceremonia, en la noche, una de las siete doncellas llamada Zina habló - mientras caminaba - con su guardián Belac. Como ambos se amaban, urdieron el plan de escapar entre la bruma y la obscuridad de la noche. La comitiva ni cuenta se dio.

Rato después ya en plena ceremonia al darse cuenta de que faltaba una doncella y un guardián, procedieron a buscarlos. No los encontraron.

Decididos a calmar la ira de su deidad, hicieron preparativos para la guerra y se lanzaron a la conquista de nuevas tierras, lo hicieron una y otra vez pero las nubes no desaparecían.

Mientras tanto Zina y Belac trataban de alejarse mas del territorio de su pueblo; un día mientras comían escucharon un estruendo desconocido para ellos, ¡eran los cañones españoles!, asombrados, desde la distancia vieron unos seres extraños a sus ojos y  optaron por regresar a su pueblo para dar aviso de su descubrimiento.

Cuando encontraron a una avanzada de sus compañeros de armas, Belac los detuvo y les manifestó lo que había visto, pero..... No le creyeron, pensaron que tenía miedo por haber sido descubierto y que estaba inventando esa historia, optaron por matarlos para poder – según ellos – calmar la ira de su dios.
Ahí mismo ejecutaron a la pareja de enamorados y sus cuerpos fueron trasladados hasta su pueblo. En donde después de presentarlos ante sus sacerdotes fueron arrojados al cráter del volcán. De inmediato las nubes desaparecieron.

Mientras tanto una avanzada de españoles se encontraba cerca del poblado a dos jornadas del mismo.

En esos dos días el pueblo natural se dedicó a celebrar el contento del volcán porque ya no irían a la guerra. En eso estaban cuando un vigía del pueblo descubrió a los extraños seres y estos a su vez descubrieron desde lo alto del volcán al poblado.

De inmediato el Rey ordenó guardar sus artículos de ceremonia así como sus joyas de arte. Los españoles que desde lejos ya se habían dado cuenta del oro de los naturales a toda prisa bajaron al pueblo.

El convoy que trasladaba el tesoro fue alcanzado por los españoles, los nativos huyeron, abandonando el tesoro dejándolo a merced de los extranjeros quienes embelezados como estaban por tanto oro y joyas, se entusiasmaron a tal grado que no escucharon un ruido extraño y cuando reaccionaron ya era tarde, la lava brotaba en grandes cantidades, pretendieron escapar cargando lo mas que pudiesen pero no lo lograron, un río incandescente se precipitó desde las alturas cayendo sobre los españoles; todo fue tan rápido que ninguno pudo escapar; en pocos segundos quedó un paraje desolado, todos quedaron sepultados. Poco después el volcán volvió a la calma.

Los naturales agradecieron a lo que tenían Fe, la protección de lo suyo y la muerte de los invasores.

Al correr de los años queda la tradición que pasa de boca en boca de un pueblo ya desaparecido y la leyenda del tesoro del volcán que nadie ha podido encontrar. 
Nadie - a quienes pregunté - supo ubicar el volcán, pero si me ratificaron la historia, la cual dí por verdadera. 

Solo me queda esperar a ver que el imperio del mal se derrumbe, debido a su ambición sin límite. sé que alcanzaré a verlo. Se - además - que tendré que hacer uso de una de las dos pastillas (que me fueron confiadas a finales de Abril de 1945) que traigo conmigo. (historia que narraré más adelante).

Guatemala 1948   

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