Miércoles
12 de Agosto de 2020
Alvar Núñez Cabeza de Vaca
Por:
Ing. Federico Juárez Andonaegui
Este gran
expedicionario español fue nieto de Don Pedro de Vera descubridor de las Islas
Canarias. Probablemente nació en 1500.
El 17 de Junio de
1527 en el Puerto de Sanlucar de Barrameda, zarpan 5 bergantines con 600
hombres a las ordenes del Gobernador Don Pánfilo de Narváez. Alvar Núñez Cabeza
de Vaca iba como Tesorero y Alguacil Mayor de la Armada. Arribaron a la Isla de
Santo Domingo en donde Pánfilo Narváez compró un sexto bergantín y enfilaron
con rumbo a Santiago de Cuba. En Cabo de Santa Cruz, ordena el Gobernador
Pánfilo que Alvar y el Capitán Pantoja y 98 tripulantes vayan a la Trinidad por
bastimentos en dos navíos, quedando solo cuatro navíos en Cuba.
Al llegar a la
Trinidad, anclaron para enviar gente a conseguir bastimentos. Sabían que era un
mal puerto en donde muchas naves se habían perdido. Pero aún así obedeció la
orden del Gobernador. Al poco rato
recibió invitación de un vecino y muy a su pesar dejó a los dos barcos. Una
hora después de que Alvar había desembarcado, se desató una terrible tempestad
que ya no permitió alguna maniobra a los tripulantes de los barcos.
En tierra, era
tan fuerte el viento que caminaban en grupos de 7 u 8 personas para que no se
los llevase el viento. Alcanzaron a refugiarse en una cueva y al día siguiente
al amainar el tiempo bajaron a la playa, encontrándose con la novedad de que
los navíos estaban destruidos y ni un solo sobreviviente. De los 100 hombres, quedaron
solo 30. En tierra todo quedó arrasado y por lo mismo ya no pudieron obtener
víveres. A los pocos días el gobernador llegó con los restantes navíos en su
búsqueda.
De
este punto fueron a invernar a Xagua (en Santo Domingo), en donde el Gobernador
Don Pánfilo compró otra nave y con las 5 naves zarparon con rumbo a la Florida.
Al arribar, vieron que eran tierras muy pobres, por lo que Don Alvar no era
partidario de desembarcar para fundar algún poblado, así lo expresó en la junta
a la que fueron convocados los Capitanes, pero para cumplir la orden de fundar
algún poblado, desembarcaron con la idea de internarse y encontrar algo mejor.
Esta
expedición fue en extremo peligrosa y penosa, pasaron hambres, fatigas y
trabajos. Los jefes eran el Gobernador y Don Alvar. Los nativos eran muy
pobres. Los seminolas los acosaron sin darles reposo; a grado tal que perdieron
contacto con las naves y solo quedaron Don Alvar, Dorantes y Estebanico. Pronto
quedó solo Don Alvar quien perdió la noción del tiempo, se asimiló con los
nativos, en donde tuvo que hacerla de Médico, para curar a enfermos y salvar de
éste modo su vida, hizo un extraordinario recorrido, sin él saberlo, fue una
verdadera epopeya su vida en esos lares. Ahora se sabe que cruzó desde la
Florida, hasta llegar a Sinaloa pasando por Texas, Chihuahua, Sonora y parte de
Sinaloa, hasta encontrar un poblado habitado por cristianos. Se enteró con
sorpresa que había durado ocho largos años su aventura.
Al
recuperarse, de inmediato se dirigió a la Muy Noble y Leal Ciudad de México, Capital
de la Nueva España para después dirigirse a Veracruz, zarpando de dicho puerto
con destino a España. Siendo en alta mar lograron escapar de unos piratas
llegando por fin a España en 1537, ¡después de diez años!
Pasados
tres años, en 1540, Su Majestad encargó otra misión a Don Alvar Nuñez Cabeza de
Vaca, se le dio el mando de cuatros navíos, con nombramiento de Adelantado y
Gobernador del Río de la Plata, con el fin de salvar a los hombres de Don Pedro
de Mendoza, a la postre habitantes del Río de la Plata. Zarpó en Noviembre de
1540.
Una
anécdota importante es que en una ocasión se durmió el piloto y cuando la nave ya
se iban a estrellar contra unos arrecifes, fueron despertados por el canto de
un grillo que llevaba un soldado, al darse cuenta del peligro, el piloto
maniobró salvándose de ésta manera. Desembarcaron en la Costa de Brasil, para
llegar por tierra a un estuario del Paraná en donde se le unieron los
bergantines que enviaron por ellos, juntos llegaron al Río de la Plata.
Para
apaciguar la región incursionó en Paraguay, Chaco Central y Chaco Boreal, se
internó por el Matto Grosso que era inexpugnable en esa época. En todos los
rincones impartió justicia, concilió y castigó a su gente cuando abusaban de
los nativos.
En
1543 un incendio destruyó la ciudad, desaparecieron mas de 200 casas y se destruyeron
5 mil fanegas de maíz. Con su propia hacienda sufragó los gastos de reparación
de la Ciudad; pero hubo gente que se confabuló contra su buen gobierno, ellos
fueron Domingo de Irala, Alonso Cabrera y Garci-Venegas, quienes en un golpe de
estado lo apresaron, bajo cargos falsos; fue encerrado en una mazmorra por
largos meses, la gente se fue dando cuenta de la mentira y comenzó a
sublevarse, fue entonces que decidieron enviarlo sigilosamente con destino a
España.
Durante
la travesía los agarró un mal tiempo que coincidentemente se calmó cuando sus
custodios Alonso Cabrera y Garci-Venegas pidieron perdón a Don Alvar y le confesaron
que todo era mentira, sin embargo al llegar a España fue apresado, encerrado en
prisión y enviado en destierro a Orán, mientras tanto Garci-venegas murió al
saltársele los ojos y Alonso Cabrera se volvió loco.
Don
Alvar quedó libre, al apelar la sentencia y se le otorgó una pensión de dos mil
ducados en Sevilla, en donde ejerció la primacía del Consulado.
La
fecha de su fallecimiento no se ha precisado aún, solo se sabe que murió debido
a lo ya débil de su organismo y en medio de pobreza. Su vida se convirtió
propiamente en una leyenda y por las aventuras vividas, su nombre quedó
inscrito como una persona de gran voluntad y decisión, con hazañas no igualadas
por expedicionario alguno.
Bibliografía
1.- Naufragios y
Comentarios. Alvar Núñez Cabeza de Vaca
2.- La relación del Capitán Hernando de Rivera.
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