domingo, 27 de septiembre de 2020

Magallanes

Por: Ing. Federico Juárez Andonaegui

Miércoles 7 de Julio de 2020

Al estar llegando al Rio de la Plata, recordé a Don Fernando de Magallanes quien pensó que ese era el paso para el nuevo Océano al que llamó Pacifico, pero se dio cuenta que no era lo que buscaba

Una historia interesante e importante para las nuevas generaciones

Su nombre Fernao de Magalhais fue un Hidalgo portugués.
Nació en 1470, nacionalizado español. Era de origen noble, sirvió como paje de la Reina, obtuvo el Título de Hidalgo Escudero, por sus brillantes servicios militares en la India. Se dedicó a estudiar la ciencia de la navegación, cuando la hubo dominado se dedicó a navegar y es así que en el año de1505, cuando Portugal que era dueño de las rutas de Oriente preparó una nueva expedición; el Rey Manuel entregó la bandera expedicionaria al Almirante Francisco D’Almeida en cuya flota como tripulante viajaba Don Fernando de Magallanes.

La flota al llegar a Calcuta fue recibido con muestras de amistad, pero les prepararon una trampa, por medio de espías se enteró el Almirante y se preparó a defenderse con un solo día de anticipación. El día señalado los 11 barcos portugueses fueron rodeados por 200 barcos del Mandarín, se desarrolló la batalla y triunfaron los portugueses. Habiendo tomado posesión de la isla, se dirigieron a Malaca para adueñarse de las especies tan preciadas en Europa. También ahí les tendieron una trampa pero se dieron cuenta a tiempo y levaron anclas antes de ser atacados, teniendo que abandonar a los tripulantes que ya habían desembarcado.
Semanas después fue informado el Rey de todas las correrías y de inmediato equiparon una flota de guerra para cobrar venganza por la traición y conquistar Malaca. Los malayos fueron derrotados y varios de ellos son tomados prisioneros, quienes junto con varios elefantes se les condujo hasta el Vaticano para desfilar ante el Papa.

Eran tantas las proezas y hazañas de los portugueses que aún con varios blasones era difícil obtener una audiencia con el Rey, pues había quienes tenían años esperando una entrevista.

Por tal motivo y por necesitar trabajo fue comisionado tras largas gestiones a una aldea africana para cuidar el botín arrebatado a los moros, consistente en éste caso en cuidar un rebaño de carneros, inconforme Magallanes por el trabajo, se descuidó y pronto le fueron robados los animales por lo que tuvo que abandonar el puesto y regresar a Portugal, perseguido por la Ley.

El Rey fue enterado de su negligencia y en breve entrevista le fue negado todo apoyo y solo en consideración por sus servicios no se le castigó. Por tal motivo decidió servir a otro Rey.

Mientras todo lo anterior acontecía se dedicó a recabar información con marineros y en el Archivo de Documentos Náuticos entablando gran amistad con el Cosmógrafo Ruy Faleiro quien le mostró entre otras cosas un mapa donde señalaba un paso por América para la India. Con tal conocimiento confirmado por otros navegantes, partió con rumbo a Sevilla, en donde buscó y consolidó amistad con su paisano Don Diego Barbosa. Renuncia a la ciudadanía portuguesa el 20 de Octubre de 1517 y adquiere la española. 

Su amigo tenía una hermosa hija por nombre Bárbara quien correspondió al amor y cariño que por ella profesaba Don Fernando de Magallanes. Después de culminar su matrimonio, decidió continuar con su proyecto, apoyado y animado por su esposa.
Entrevistó funcionarios quienes rechazaban - por ilógico - el paso propuesto por él en América en ruta a la India. Se entrevistó con un hombre de negocios Don Juan de Aranda, quien desde el principio lo apoyó y estuvo dispuesto a costear la expedición, pero comprendió que necesitaba el apoyo del Rey Carlos V. Ambos marcharon a Valladolid y se entrevistaron con el Monarca, quien únicamente pidió que una Comisión estudiara el proyecto, ya que a él también le gustaba la idea. La Comisión estaba formada por Don Adriano de Utretch, Don Guillermo de Croix y el Cardenal Fonseca. Los tres defendieron el proyecto y quedó autorizado. A cambio de que Magallanes encuentre el paso y ceda a España todos los beneficios que de aquel resultaran. Le fue concedido el titulo de Virrey, en caso de descubrir mas de seis islas, tenía el derecho de elegir a dos, se le autorizo la obtención de la quinta parte de los beneficios del viaje y la vigésima parte de las rentas de los países que descubriera.
Firman el contrato el 22 de Marzo de 1518.

El costo total de la expedición es de 8,751,125 (ocho cuentos setecientos cincuenta y un mil ciento veinte y cinco maravedíes).
Los barcos construidos en Sevilla zarpan con destino a San Lúcar el 10 de Agosto de 1519.
 
Parte la expedición de San Lúcar de Barrameda  el 20 de Septiembre de 1519, conformada por 5 Naos – Trinidad, Santo Antonio, Victoria, Concepción y Santiago - y 250 hombres, entre españoles, franceses y flamencos al mando del Almirante Don Fernando de Magallanes.

Días mas tarde tocaron las Costas de Brasil, enseguida – el 10 de Enero de 1520 - llegaron a la desembocadura del ahora Río de la Plata. Es en éste lugar donde remontan dándose cuenta que es un Río y que no hay paso para la India.
Estando en situación de regresar o continuar, decide por lo segundo y en saliendo de la Bocana enfila al sur.
Mas al sur por lo que ahora es Argentina, el frío era mas fuerte y la navegación mas difícil, para colmo los agarró mal tiempo. La gente que encontraban en tierra firme era desconfiada y no tenía alimentos para canjear. Al continuar costeando solo vieron focas. Llegaron a un paraje que se llamó Bahía de San Julián, en donde celebraron la Pascua con una misa solemne, el 31 de Marzo de 1520.
Ese mismo día el Almirante quiso agasajar a sus Capitanes con una comida pero ninguno de ellos asistió a su llamado en una franca rebeldía. Por la noche el “San Antonio” cayó en manos de los amotinados y siendo avisado Don Fernando, al día siguiente por medio de una lancha, con sus fieles seguidores en el barco amotinado y preguntando por el Capitán rebelde hizo acto de presencia. Al contestar el susodicho “soy yo, que quiere”, Don Fernando contestó “¡tu vida!” y en forma simultánea hundió su daga en el estomago del amotinado y le tasajeó – con juego de muñeca – internamente. Los rebeldes quedaron sorprendidos por la rapidez, ya que en forma inmediata quedaron rodeados por soldados leales. No tenían escapatoria, en acto seguido fueron encadenados y se les dictó sentencia: “morirán al amanecer ¡decapitados a sable!” sentenció el Almirante. La ejecución se realizó el 7 de Abril de 1520.  
Por no contar con verdugo se habilitó a un rebelde quien llevó a cabo la tarea. La cual una vez terminada se le otorgó el privilegio de morir a sable o quedar en esas tierras abandonado, sin mas ropa que un pantalón. El reo prefirió quedarse, a lo que el Almirante comentó:  “es una muerte lenta”, el rebelde reviró diciendo “hay una esperanza de salvación”. Don Fernando musitó: “una esperanza y mil peligros”.

Había necesidad de dar un escarmiento para cuidar del orden y la disciplina, después la expedición continuó su paso era lento debido a los grandes témpanos de hielo que obstruían el paso. En un paso desembarcaron para cargar agua a la salida de un río, estando ahí se les acercó un nativo de dicha región - llamó la atención el tamaño de sus pies por lo que los exploradores dijeron “es un patagón” - a quien capturaron y encerraron encadenado en una galera para llevarlo a presencia del Rey. La gente de esa región era de gran estatura, cubiertos con pieles de animales y estaban armados con arco y flechas. El 22 de Mayo de 1520 se pierde la Nao Santiago.

Otra vez los sorprendió el mal tiempo, pasado este, se vieron frente a un estrecho. Lo exploraron durante varios días pero no encontraron el paso que buscaban el ánimo decayó, los Capitanes españoles, que se negaban todavía a obedecer a un portugués, reunidos votaban por regresar pero el Almirante dijo: he empeñado mi palabra y aún mando yo, seguiremos”. En eso estaban cuando entró gritando un marinero. ¡hemos llegado al fin de América!. Todo fue júbilo por fin encontraron el paso al oriente, ratificando que el mundo era redondo, el 18 de Octubre de 1520, era un desfiladero estrecho entre montañas altas cubiertas de nieve, se le llamó Estrecho de Magallanes, lo recorrieron en 12 días. Aún así algunos desertaron en la Nao San Antonio, optando por regresar a España. Éstos desertores arribaron a Sevilla el 6 de Mayo de 1521.   
El 25 de Octubre de 1520 toda la flota entra al estrecho.
El 28 de Noviembre de 1520 entra al Océano nuevo.
Don Fernando de Magallanes continuó con su viaje navegando por el inmenso Océano, llamado por él, Pacífico, debido a la calma imperante convirtiéndose así en el primer europeo que lo hacía. Ya no tenían provisiones, cundió el escorbuto, el “patagón” fue de los primeros en sucumbir al terrible mal, perecieron 19 tripulantes. Las galletas eran polvo debido a los gusanos y estaban corrompidas por el orín de los ratones.

Luego de muchas vicisitudes, después de 3 meses y 20 días encontraron tierra, eran unas islas, las Islas Marianas, luego las que llamaron “Filipinas” en dicho lugar se encontraron que hablaban el idioma de uno de los tripulantes, por lo que el Almirante confirmó una vez mas la redondez de la tierra. Celebraron una misa en acción de gracias. En seguida marcharon con rumbo a Cebú y en la Bahía hicieron alarde de fuerza disparando los cañones lo cual amedrentó a los nativos, quienes optaron por recibirlos en forma pacífica.
En muestra de poderío se obligó al Rey de Cebú – de nombre Humabón - a convertirse al cristianismo para que hiciesen lo mismo sus súbditos. Al bautizarse se le dio por nombre Carlos.
Mas tarde el Rey Carlos de Cebú manifestó su preocupación a Don Fernando, debido a que el Rey de Mactán estaba en constante agresión para con su reino. Por tal razón el Almirante envió una misión pacífica a Mactán para pactar con el Rey pero dicho Rey contestó: “dile a tu amo que no soy su esclavo para recibir ordenes suyas”.
Debido a ese insulto el Almirante decidió dar un escarmiento a tan hostil Rey. Desembarcó y al frente de sus hombres se dispuso a dar un escarmiento en esa región pero para su mala suerte en el primer enfrentamiento fue herido por lo que hubo de ser cargado en camilla, batiéndose en retirada; pronto fue alcanzado y muerto por los naturales, el 27 de Abril de 1521; los españoles tuvieron que huir dejando abandonado a su jefe. Ahí quedó para siempre el cadáver del Almirante Don Fernando de Magallanes.
A partir de ese momento la suerte les fue adversa a los exploradores, ya que Mactan no permitió darle cristiana sepultura al Comandante de la expedición y los del reino de Cebú les echaron en cara su derrota, diciéndoles que ya no tenían porqué obedecerlos y los combatieron, muchos expedicionarios perecieron en tal reino y solo algunos escaparon. 
Los que lograron escapar, navegaron en los tres barcos restantes, pero el Concepción hizo agua y ya no se pudo reparar, perdiéndose de ésta manera la tercera Nao en Mayo de 1521.
Las otras dos Naos, decidieron navegar y en las Molucas se accidenta la cuarta Nao, la Trinidad, el 18 de Diciembre de 1521.

Los restantes, vagaron todo el Océano Indico, en la Nao Victoria, cruzaron el cabo de las tormentas – llamado después Cabo de Buena Esperanza – el 18 de Mayo de 1522, continuando por la costa occidental del Africa, que ya era conocida por ellos (a partir de 1486 en tiempos de Juan II de Portugal descubrieron lo que ahora es Africa del Sur), pasaron hambres, tempestades; casi continuaron como sonámbulos a ración diaria de una galleta y un sorbo de agua. Solo quedaba un barco y hacía agua. Hasta que por fin avistaron tierra, era Europa; en las Islas de Cabo Verde – 9 de Julio de 1522 - hubo cuidado de no decir de donde venían, quedaron sorprendidos al oír decir que era Jueves cuando en sus cuentas era Miércoles. Por navegar en sentido contrario al movimiento de rotación de la tierra, se había retrasado un día.
Llegaron a España – 6 de Septiembre de 1522 - un solo barco la Nao Victoria con 18 tripulantes tras tres años menos 12 días de haber zarpado.
Atracaron el 8 de Septiembre de 1522; ¡Al fin, habían llegado para narrar su aventura y pasar a la inmortalidad!.

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