Por:
Ing. Federico Juárez Andonaegui
Miércoles
7 de Julio de 2020
Al estar llegando al Rio de la
Plata, recordé a Don Fernando de Magallanes quien pensó que ese era el paso
para el nuevo Océano al que llamó Pacifico, pero se dio cuenta que no era lo
que buscaba
Una historia interesante e
importante para las nuevas generaciones
Su nombre Fernao de Magalhais fue un Hidalgo portugués.
Nació en 1470, nacionalizado español. Era de origen noble, sirvió como paje de la Reina, obtuvo el Título de Hidalgo Escudero, por sus brillantes servicios militares en la India. Se dedicó a estudiar la ciencia de la navegación, cuando la hubo dominado se dedicó a navegar y es así que en el año de1505, cuando Portugal que era dueño de las rutas de Oriente preparó una nueva expedición; el Rey Manuel entregó la bandera expedicionaria al Almirante Francisco D’Almeida en cuya flota como tripulante viajaba Don Fernando de Magallanes.
La
flota al llegar a Calcuta fue recibido con muestras de amistad, pero les
prepararon una trampa, por medio de espías se enteró el Almirante y se preparó
a defenderse con un solo día de anticipación. El día señalado los 11 barcos
portugueses fueron rodeados por 200 barcos del Mandarín, se desarrolló la
batalla y triunfaron los portugueses. Habiendo tomado posesión de la isla, se
dirigieron a Malaca para adueñarse de las especies tan preciadas en Europa.
También ahí les tendieron una trampa pero se dieron cuenta a tiempo y levaron
anclas antes de ser atacados, teniendo que abandonar a los tripulantes que ya habían
desembarcado.
Semanas
después fue informado el Rey de todas las correrías y de inmediato equiparon
una flota de guerra para cobrar venganza por la traición y conquistar Malaca.
Los malayos fueron derrotados y varios de ellos son tomados prisioneros, quienes
junto con varios elefantes se les condujo hasta el Vaticano para desfilar ante
el Papa.
Eran
tantas las proezas y hazañas de los portugueses que aún con varios blasones era
difícil obtener una audiencia con el Rey, pues había quienes tenían años
esperando una entrevista.
Por
tal motivo y por necesitar trabajo fue comisionado tras largas gestiones a una
aldea africana para cuidar el botín arrebatado a los moros, consistente en éste
caso en cuidar un rebaño de carneros, inconforme Magallanes por el trabajo, se
descuidó y pronto le fueron robados los animales por lo que tuvo que abandonar
el puesto y regresar a Portugal, perseguido por la Ley.
El
Rey fue enterado de su negligencia y en breve entrevista le fue negado todo
apoyo y solo en consideración por sus servicios no se le castigó. Por tal
motivo decidió servir a otro Rey.
Mientras
todo lo anterior acontecía se dedicó a recabar información con marineros y en
el Archivo de Documentos Náuticos entablando gran amistad con el Cosmógrafo Ruy
Faleiro quien le mostró entre otras cosas un mapa donde señalaba un paso por
América para la India. Con tal conocimiento confirmado por otros navegantes,
partió con rumbo a Sevilla, en donde buscó y consolidó amistad con su paisano
Don Diego Barbosa. Renuncia a la ciudadanía portuguesa el 20 de Octubre de 1517
y adquiere la española.
Su
amigo tenía una hermosa hija por nombre Bárbara quien correspondió al amor y
cariño que por ella profesaba Don Fernando de Magallanes. Después de culminar su
matrimonio, decidió continuar con su proyecto, apoyado y animado por su esposa.
Entrevistó
funcionarios quienes rechazaban - por ilógico - el paso propuesto por él en
América en ruta a la India. Se entrevistó con un hombre de negocios Don Juan de
Aranda, quien desde el principio lo apoyó y estuvo dispuesto a costear la
expedición, pero comprendió que necesitaba el apoyo del Rey Carlos V. Ambos
marcharon a Valladolid y se entrevistaron con el Monarca, quien únicamente
pidió que una Comisión estudiara el proyecto, ya que a él también le gustaba la
idea. La Comisión estaba formada por Don Adriano de Utretch, Don Guillermo de
Croix y el Cardenal Fonseca. Los tres defendieron el proyecto y quedó
autorizado. A cambio de que Magallanes encuentre el paso y ceda a España todos
los beneficios que de aquel resultaran. Le fue concedido el titulo de Virrey,
en caso de descubrir mas de seis islas, tenía el derecho de elegir a dos, se le
autorizo la obtención de la quinta parte de los beneficios del viaje y la
vigésima parte de las rentas de los países que descubriera.
Firman
el contrato el 22 de Marzo de 1518.
El
costo total de la expedición es de 8,751,125 (ocho cuentos setecientos
cincuenta y un mil ciento veinte y cinco maravedíes).
Los
barcos construidos en Sevilla zarpan con destino a San Lúcar el 10 de Agosto de
1519.
Parte
la expedición de San Lúcar de Barrameda
el 20 de Septiembre de 1519, conformada por 5 Naos – Trinidad, Santo
Antonio, Victoria, Concepción y Santiago - y 250 hombres, entre españoles, franceses
y flamencos al mando del Almirante Don Fernando de Magallanes.
Días
mas tarde tocaron las Costas de Brasil, enseguida – el 10 de Enero de 1520 -
llegaron a la desembocadura del ahora Río de la Plata. Es en éste lugar donde
remontan dándose cuenta que es un Río y que no hay paso para la India.
Estando
en situación de regresar o continuar, decide por lo segundo y en saliendo de la
Bocana enfila al sur.
Mas
al sur por lo que ahora es Argentina, el frío era mas fuerte y la navegación
mas difícil, para colmo los agarró mal tiempo. La gente que encontraban en
tierra firme era desconfiada y no tenía alimentos para canjear. Al continuar
costeando solo vieron focas. Llegaron a un paraje que se llamó Bahía de San
Julián, en donde celebraron la Pascua con una misa solemne, el 31 de Marzo de
1520.
Ese
mismo día el Almirante quiso agasajar a sus Capitanes con una comida pero
ninguno de ellos asistió a su llamado en una franca rebeldía. Por la noche el
“San Antonio” cayó en manos de los amotinados y siendo avisado Don Fernando, al
día siguiente por medio de una lancha, con sus fieles seguidores en el barco
amotinado y preguntando por el Capitán rebelde hizo acto de presencia. Al
contestar el susodicho “soy yo, que quiere”, Don Fernando contestó “¡tu vida!”
y en forma simultánea hundió su daga en el estomago del amotinado y le tasajeó
– con juego de muñeca – internamente. Los rebeldes quedaron sorprendidos por la
rapidez, ya que en forma inmediata quedaron rodeados por soldados leales. No
tenían escapatoria, en acto seguido fueron encadenados y se les dictó
sentencia: “morirán al amanecer ¡decapitados a sable!” sentenció el Almirante.
La ejecución se realizó el 7 de Abril de 1520.
Por
no contar con verdugo se habilitó a un rebelde quien llevó a cabo la tarea. La
cual una vez terminada se le otorgó el privilegio de morir a sable o quedar en
esas tierras abandonado, sin mas ropa que un pantalón. El reo prefirió
quedarse, a lo que el Almirante comentó:
“es una muerte lenta”, el rebelde reviró diciendo “hay una esperanza de
salvación”. Don Fernando musitó: “una esperanza y mil peligros”.
Había
necesidad de dar un escarmiento para cuidar del orden y la disciplina, después
la expedición continuó su paso era lento debido a los grandes témpanos de hielo
que obstruían el paso. En un paso desembarcaron para cargar agua a la salida de
un río, estando ahí se les acercó un nativo de dicha región - llamó la atención
el tamaño de sus pies por lo que los exploradores dijeron “es un patagón” - a
quien capturaron y encerraron encadenado en una galera para llevarlo a
presencia del Rey. La gente de esa región era de gran estatura, cubiertos con
pieles de animales y estaban armados con arco y flechas. El 22 de Mayo de 1520
se pierde la Nao Santiago.
Otra
vez los sorprendió el mal tiempo, pasado este, se vieron frente a un estrecho.
Lo exploraron durante varios días pero no encontraron el paso que buscaban el
ánimo decayó, los Capitanes españoles, que se negaban todavía a obedecer a un
portugués, reunidos votaban por regresar pero el Almirante dijo: he empeñado mi
palabra y aún mando yo, seguiremos”. En eso estaban cuando entró gritando un
marinero. ¡hemos llegado al fin de América!. Todo fue júbilo por fin
encontraron el paso al oriente, ratificando que el mundo era redondo, el 18 de
Octubre de 1520, era un desfiladero estrecho entre montañas altas cubiertas de
nieve, se le llamó Estrecho de Magallanes, lo recorrieron en 12 días. Aún así
algunos desertaron en la Nao San Antonio, optando por regresar a España. Éstos
desertores arribaron a Sevilla el 6 de Mayo de 1521.
El
25 de Octubre de 1520 toda la flota entra al estrecho.
El
28 de Noviembre de 1520 entra al Océano nuevo.
Don
Fernando de Magallanes continuó con su viaje navegando por el inmenso Océano,
llamado por él, Pacífico, debido a la calma imperante convirtiéndose así en el
primer europeo que lo hacía. Ya no tenían provisiones, cundió el escorbuto, el
“patagón” fue de los primeros en sucumbir al terrible mal, perecieron 19
tripulantes. Las galletas eran polvo debido a los gusanos y estaban corrompidas
por el orín de los ratones.
Luego
de muchas vicisitudes, después de 3 meses y 20 días encontraron tierra, eran
unas islas, las Islas Marianas, luego las que llamaron “Filipinas” en dicho
lugar se encontraron que hablaban el idioma de uno de los tripulantes, por lo
que el Almirante confirmó una vez mas la redondez de la tierra. Celebraron una
misa en acción de gracias. En seguida marcharon con rumbo a Cebú y en la Bahía
hicieron alarde de fuerza disparando los cañones lo cual amedrentó a los
nativos, quienes optaron por recibirlos en forma pacífica.
En
muestra de poderío se obligó al Rey de Cebú – de nombre Humabón - a convertirse
al cristianismo para que hiciesen lo mismo sus súbditos. Al bautizarse se le dio
por nombre Carlos.
Mas
tarde el Rey Carlos de Cebú manifestó su preocupación a Don Fernando, debido a
que el Rey de Mactán estaba en constante agresión para con su reino. Por tal
razón el Almirante envió una misión pacífica a Mactán para pactar con el Rey
pero dicho Rey contestó: “dile a tu amo que no soy su esclavo para recibir
ordenes suyas”.
Debido
a ese insulto el Almirante decidió dar un escarmiento a tan hostil Rey.
Desembarcó y al frente de sus hombres se dispuso a dar un escarmiento en esa
región pero para su mala suerte en el primer enfrentamiento fue herido por lo
que hubo de ser cargado en camilla, batiéndose en retirada; pronto fue
alcanzado y muerto por los naturales, el 27 de Abril de 1521; los españoles
tuvieron que huir dejando abandonado a su jefe. Ahí quedó para siempre el
cadáver del Almirante Don Fernando de Magallanes.
A
partir de ese momento la suerte les fue adversa a los exploradores, ya que
Mactan no permitió darle cristiana sepultura al Comandante de la expedición y
los del reino de Cebú les echaron en cara su derrota, diciéndoles que ya no
tenían porqué obedecerlos y los combatieron, muchos expedicionarios perecieron
en tal reino y solo algunos escaparon.
Los
que lograron escapar, navegaron en los tres barcos restantes, pero el
Concepción hizo agua y ya no se pudo reparar, perdiéndose de ésta manera la
tercera Nao en Mayo de 1521.
Las
otras dos Naos, decidieron navegar y en las Molucas se accidenta la cuarta Nao,
la Trinidad, el 18 de Diciembre de 1521.
Los
restantes, vagaron todo el Océano Indico, en la Nao Victoria, cruzaron el cabo
de las tormentas – llamado después Cabo de Buena Esperanza – el 18 de Mayo de
1522, continuando por la costa occidental del Africa, que ya era conocida por
ellos (a partir de 1486 en tiempos de Juan II de Portugal descubrieron lo que
ahora es Africa del Sur), pasaron hambres, tempestades; casi continuaron como
sonámbulos a ración diaria de una galleta y un sorbo de agua. Solo quedaba un
barco y hacía agua. Hasta que por fin avistaron tierra, era Europa; en las
Islas de Cabo Verde – 9 de Julio de 1522 - hubo cuidado de no decir de donde
venían, quedaron sorprendidos al oír decir que era Jueves cuando en sus cuentas
era Miércoles. Por navegar en sentido contrario al movimiento de rotación de la
tierra, se había retrasado un día.
Llegaron
a España – 6 de Septiembre de 1522 - un solo barco la Nao Victoria con 18
tripulantes tras tres años menos 12 días de haber zarpado.
Atracaron
el 8 de Septiembre de 1522; ¡Al fin, habían llegado para narrar su aventura y pasar a la inmortalidad!.
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